Oche Califa

Un cuento en el bosque

En la noche fría del bosque, una casita de troncos reunía a una buena cantidad de personas y animales alrededor del fuego de una chimenea. Algunos tomaban té, otros se acurrucaban porque eran friolentos, otros dormitaban. Entonces, uno de los Siete Enanitos dijo:

—Caperucita, contate un cuento…

—Sí, sí —exclamaron varios de los demás.

Caperucita sonrió y contestó:

—Bueno, no sé más que uno.

—¡Sí, ese, ese! —gritó Hansel.

—¡El de los gauchos que encuentran un tesoro en el campo! —agregó uno de los Tres Chanchitos.

—Bueno, había tres gauchos…

—¡Sofanor, Lindor y Demetrio! —interrumpió Gretel.

—Eh, si vas a contarlo vos… —se quejó el Leñador.

—No, no, está bien —se disculpó Gretel.

Caperucita volvió a comenzar:

—Había tres gauchos: Sofanor, Lindor y Demetrio, que eran muy amigos y marchaban por el campo a caballo. De pronto, uno de ellos dijo: “Hay algo que brilla, allí”. Y otro agregó: “¿No será la luz mala?”.

—¡La luz mala! ¡Qué miedo! —exclamó uno de los Siete Cabritos. Y Ricitos de Oro tembló.

—Tomando un poco de ánimo, los gauchos se acercaron y vieron que, en realidad, se trataba de un cofre. Y en este había joyas, diamantes…

—Collares —dijo uno de los enanitos—. Siempre hay collares.

—Pero podría no haberlos —le contestó otro de los enanitos.

—No discutan —los retó Blancanieves.

—Él cuestiona todo lo que yo digo —se quejó el primer enanito.

—Y vos tenés la mala costumbre de hablar cuando nadie te lo pide… —replicó el segundo.

—¡Que siga el cuento! ¡Que siga el cuento! —gritó el Gato con Botas, que hasta ese momento parecía dormido.

—Los gauchos —dijo Caperucita— cargaron todo el tesoro sobre sus caballos y decidieron ir a festejar a una pulpería…

—¡Una pulpería! —dijo, con alegría, Pulgarcito.

—Una vez allí, Sofanor, Lindor y… ¡ay, no recuerdo el nombre del tercero! —exclamó Caperucita.

—Demetrio —le dijo, con voz suave, la Bella Durmiente.

—… y Demetrio, cierto, se acercaron al mostrador, pidieron ginebra y convidaron a todos los asistentes. Un gaucho sacó una guitarra y cantó. Entonces, uno de los asistentes preguntó el motivo de tanta fiesta y Sofanor…

—¡Lindor! —interrumpió Hansel—. Fue Lindor el que habló.

—No, señor —le dijo uno de los enanitos—. Fue Sofanor.

—Claro, le echan la culpa a Lindor porque era el más petiso de los tres —dijo uno de los enanitos.

—¿Quién dijo que era el más petiso? —preguntó Blancanieves.

—Caperucita —contestó el enanito.

—No, no —quiso aclarar Caperucita—. Yo, alguna vez, dije que era petiso, pero no el más petiso de los tres. Pero si no me dejan continuar…

—¡Silencio, silencio! —gritaron los Tres Chanchitos, y todos se callaron.

—Bueno, uno de los gauchos, no digamos cuál —siguió Caperucita—, contó que habían encontrado un tesoro en el campo y que lo tenían sobre los caballos atados en el palenque de afuera. ¡Para qué! Un gaucho muy pícaro lo oyó y se escurrió por la puerta del fondo para robarles el tesoro…

—¿Ven, queridos? —dijo la mamá de los Siete Cabritos—. ¿Ven que hay que tener cuidado en la vida? ¡Hay gente mala!

El Lobo, que hasta entonces no había hablado, se sintió tocado por los dichos de la cabra y replicó:

—Si lo dice por mí, señora, ya le aclaré que fue solo una confusión. ¡Una confusión!

—Bueno —siguió Caperucita—, el ladrón estaba buscando entre los aperos de los caballos, cuando otro gaucho alertó a los de adentro: “Ahijuna, alguien quiere llevarse lo que no le pertenece”. Los tres gauchos salieron y uno de ellos desafió a pelear al ladrón.

—Demetrio, fue Demetrio —dijo el viejo Merlín, con un hilo de voz.

—¿Y usted cómo lo sabe? ¿Es mago, acaso? —preguntó uno de los Tres Chanchitos.

—Sí —contestó Merlín.

—Los dos gauchos se enfrentaron…

—¡Vamos, Demetrio! ¡Que gane Demetrio! —gritaron los Siete Cabritos.

—Chicos, chicos —dijo la mamá—. Si ya saben que gana Demetrio.

—Sí, Demetrio tiró al suelo al ladrón y los demás lo rodearon —completó Caperucita—. ¡Pero no recuerdo qué sucedía luego! —exclamó, y se puso tan roja como su caperuza.

—Llegaba el comisario y llevaba preso al ladrón —dijo uno de los Tres Chanchitos.

—No, señor —contestó el Leñador—. Se escapaba y huía hacia las tolderías de los indios.

—Tomaba un cohete y viajaba a la luna —dijo Pulgarcito.

—No mezcles —lo retó el Gato con Botas—. Esa es otra historia.

Entonces Gretel dijo que tenía sueño. Uno de los Siete Enanitos, para apoyarla, bostezó. La Bella Durmiente explicó:

—Yo ya he dormido bastante, pero que cada cual haga lo que quiera.

El frío viento del bosque golpeaba en las ventanas de la casita. La noche tenía aún mucho por delante. El Leñador echó un tronco más al fuego y, poco a poco, todos fueron cerrando los ojos…

FIN

Visto y leído en:
Historias con risas y maravillas – Antología. Ilustraciones Leo Arias. Editorial Estrada.
Plataforma Calameo - Publicado por Romina Insaurralde
https://es.calameo.com/books/006369761ce5da8f03dc4
Video YouTube - Subido por Seño Magali
https://www.youtube.com/watch?v=VsCVYi1mRTM&t=23s
Kami en un mundo de origami 2 -Libro de Lectura- Editorial Estrada S.A.
https://libros2021.com/primer-ciclo/kami.php

Cuentos más o menos contados / Oche Califa;
ilustraciones de Carolina Farías.
Series Serie morada (Alfaguara infantil)
Alfaguara, 2009

Un día, los animales se ponen a contar historias. ¡Y el resultado es de lo más disparatado! Una jirafa un poquito mentirosa narra a los animales de la selva lo que ella puede ver más allá del horizonte; una abuela logra emocionar a un gigante con la tragedia de Romeo y Julieta, y hasta los personajes más populares de la literatura infantil se dan cita para escuchar un cuento. Este singular enredo de historias llevará al lector por el increíble mundo de la imaginación y de la fantasía.

Índice:
- La vida después del horizonte
- Una historia con príncipes y pingüinos
- Los cuentos del Tío Saurio
- Un cuento en el bosque
- Los gnomos y el gigante sentimental
- Una historia poco creíble
- Metidos en un sueño
- Una mosca de la gran suerte
- Un cuento más o menos contado.